Las drogas destruyen futuros profesionales

Las drogas destruyen futuros profesionales

Muchos estudiantes toman las drogas como el refugio equivocado ante tantas cargas estudiantiles, que olvidan el daño que hacen a su organismo y a su futuro profesional corriendo el riesgo de convertirse en adictos a estas sustancias

Por Cristal Pacheco

El tema de las drogas, es una problemática que afecta a la sociedad en gran manera, y las universidades son un ejemplo claro de esta realidad, puesto que es allí donde se forman los futuros profesionales para el desarrollo de un país. En la educación superior, diariamente se detectan casos donde la tenencia de estas sustancias tóxicas, traen como consecuencia la dependencia a ellas y posteriormente la adicción incontrolada.

Estas sustancias no sólo afectan el sistema psicológico, sino en el caso del estudiante su rendimiento académico, lo que provoca muchas veces un estancamiento en su preparación universitaria, es decir el alumno puede perder anos académicos producto del consumo de drogas, puesto que su interés y preocupación estudiantil disminuye, para dar cabida al uso de estas sustancias.

La Organización Mundial de la Salud define una droga como una sustancia (química o natural) que introducida en un organismo vivo por cualquier vía (inhalación, ingestión, intramuscular, endovenosa), es capaz de actuar sobre el sistema nervioso central, provocando una alteración física y/o psicológica, la experimentación de nuevas sensaciones o la modificación de un estado psíquico, es decir, capaz de cambiar el comportamiento de la persona. (Cortesía: http://www.psicoactiva.com/drogas.htm)

Al experimentarse nuevas sensaciones es difícil retomar los hábitos que se traen con anterioridad, entre ellos el estudio diario y constante para el logro el avance académico, lo que conlleva a que el estudiante dedique más tiempo al consumo de estupefacientes, a tal punto que el ano en curso se pierde.

La drogadicción es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones, sus efectos son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o desesperación. (Cortesía: http://www.aciprensa.com/drogas/drogadiccion.htm)

Una vez que las drogas son ingeridas, la necesidad de continuar haciéndolo se intensifica lo que produce estados de desesperación por conseguirlas, esto no permite que el estudiante se dedique al estudio, presencie clases en aulas y asista a sus evaluaciones, aunado a estados de torpeza en los sentidos que impiden la concentración al momento del estudio.

Un ambiente familiar demasiado permisivo, donde no exista disciplina o control sobre los hijos; o demasiado rígido, donde los hijos se encuentren sometidos a un régimen demasiado autoritario o se encuentren sobreprotegidos, puede también fomentar el consumo de drogas. La desatención de los hijos por parte de los padres, las familias divididas, la falta de comunicación entre hijos y padres, todos estos son factores que contribuyen a crear un clima de riesgo, donde la droga puede convertirse fácilmente en una válvula de escape.
(Cortesía: http://www.aciprensa.com/drogas/drogadiccion.htm)

Cuando los problemas en los hogares se acentúan, los jóvenes tienden a refugiarse en sus amistades y en muchos casos allí se relacionan con las drogas, también las ganas de estudiar y rendir académicamente disminuyen, para dar mayor cabida al consumo de éstas y distraer su mente con las sensaciones de relajación que producen, provocando pérdida de tiempo que puede ser invertido en productividad académica.

Bajo el efecto de las drogas la persona experimenta un estado de euforia que le hace olvidar los problemas o las limitaciones que tenga. Lo malo es que es una ilusión, y luego de ese estado de euforia viene una frustración incluso mayor que la inicial, lo que lleva a la persona a recurrir nuevamente a la droga.
(Cortesía: http://www.aciprensa.com/drogas/drogadiccion.htm)

Si el estudiante viene presentando problemas de bajo rendimiento académico, el consumo de drogas se convierte en su mejor aliado para olvidar este percance, y de esta manera apaciguar su frustración, aunado al hecho de que la sensación que se experimenta es bastante agradable, trayendo como consecuencia el no poder recuperase para obtener un medio o alto nivel académico y recuperar el ano universitario que transcurre.


Sin embargo, en muchas universidades de la ciudad los casos de drogadicción son excesivamente elevados, y lamentablemente no se tiene el menor cuidado a esta situación, puesto que los jóvenes venden drogas en un alto porcentaje, incrementando el nivel de alumnos repitientes de diversas carreras producto del bajo rendimiento académico, privando la entrada de nuevos estudiantes a la universidad.

La Universidad de los Andes (ULA), es una de las casas de estudios más afectada por esta situación, puesto que dentro de ella se da la distribución y consumo en gran manera de sustancias nocivas, zonas como las canchas, parque botánico y estacionamientos son los principales puntos de concentración para ingerirlas y comercializarlas, iniciándose así la red de venta dentro de la universidad.

Neuronas en degeneración
El médico de la sala de Emergencias del Seguro Social en San Cristóbal *José Luis Ramírez Guerrero, comenta a cerca del consumo de drogas y su impacto en el área cerebral del ser humano: “cuando en este caso el estudiante consume estas sustancias, se somete a una degeneración neuronal –desgaste progresivo de neuronas-- , es decir se frustra la capacidad de rendimiento no sólo académico sino físico e intelectual, la incapacidad cerebral produce baja memorización y incapacidad de retención, provocando que el estudiante se sienta incapaz de continuar y tenga que perder el ritmo estudiantil necesario para continuar sus estudios”. (*El médico no permitió tomar la fotografía de su persona, alegando cuestiones de seguridad, por la publicación de esta información en la Web)

El problema del consumo de drogas que se refleja en el bajo nivel académico que el estudiante pueda tener, se alberga en la región cerebral, lo cual frustra indefinidamente la capacidad de rendir en cualquier área de su vida, puesto que el desgaste de neuronas trae a la larga la incapacidad de llevar una vida sana, para el logro de objetivos no sólo profesionales sino también personales, la ignorancia de esto hace que el joven viva el momento en éxtasis de drogadicción sin imaginarse lo que más adelante le espera.


Intervención Psicológica
En la Universidad de los Andes (ULA), se encuentra La Unidad de Asistencia Académica, encargada de la consulta directa con los alumnos, para tratar todo tipo de conflicto que el joven pueda presentar. La doctora Fania Castillo, psicóloga que trabaja para esta casa de estudio desde hace cuatro años, comenta su posición ante estas circunstancias: “No hay un tratamiento directo con los estudiantes, pero sabemos claramente que muchos de los que consumen drogas, padecen de mal rendimiento aquí en la universidad, puesto que si sistema psicológico no aguantará esta destrucción y dejará de funcionar correctamente, entre ellos hay estudiantes repitientes o retirados por esta causa”

La doctora Castillo culmina su intervención destacando lo que la universidad hace para ayudar al estudiante y permitirle salir adelante: “frente a la adicción y en vista del bajo rendimiento, las actividades de prevención son charlas, conferencias, talleres y foros donde la presencia de los alumnos es muy poca”.

La falta de interés frente al tema, podría corresponderse al abandono que muchos estudiantes padecen en su entorno. Esta realidad, se trata con muchos tabúes dentro de la comunidad universitaria, problemas como el bajo rendimiento, problemas familiares y otros, son causantes del silencio de muchos que solapan el consumo de drogas. Cabe destacar, que el tráfico o venta ilícita dentro de la universidad es algo inevitable, muchos jóvenes manejan en sus manos cantidades de sustancias psicotrópicas, que mercantilizan sin darse cuenta el daño que cusan a sus compañeros.

Al atender un caso de adicción, el tratamiento seria el siguiente:
Fase I: detectar el grado de adicción que el paciente padece, por medio de psicoterapia, descubriendo cual es la raíz del problema.
Fase II: tratar las áreas que provocan el consumo, hacer un seguimiento semanal y sobre todo observar la evolución del paciente.
Fase III: si no avanza el tratamiento, presentándose muy grave la situación, y la persona no siente satisfacción al consumir, sino que siente la necesidad de hacerlo porque no puede continuar sin la sustancia, es necesario acudir a un centro especializado de rehabilitación, para desintoxicar físicamente y luego retomar la fase I para evitar una recaída. Información aportada por la doctora Fania Castillo.

El tratamiento psicológico es uno de los más importantes a nivel de drogas, este procura entrar en la vida del afectado, encontrar la raíz de los problemas que lo llevan a tomar esta salida y que le afecta también académicamente en el caso de los estudiantes, frustrando la posibilidad de graduarse pronto, cumplir metas y objetivos en el ámbito profesional.

Los fármacos también son opciones
Francisco Colmenares López especialista en fármacos y químicos de la ULA, especifica que el consumo de fármacos con alto nivel de sustancias estupefacientes son opción de relación para el estudiante: “el alto nivel de estrés, preocupaciones en el estudiante hace que también utilice fármacos para dormir, relajarse y hasta alucinar que vienen adjuntos a otros medicamentos que consiguen fácilmente en las farmacias, esto es un antecedente negativo que se refleja en el bajo rendimiento académico del estudiante”.

Muchas veces el consumo de drogas psicotrópicas no es la elección de algunos jóvenes, puede ser por miedo a la adicción o a ser descubiertos, sin embargo el uso de fármacos se ha convertido en una manera de olvidar las cargas, pese a que sus consecuencias posteriores acarreen el bajo rendimiento académico, puesto que producen estados de nerviosismo, tensión y somnolencia, afectándole física y psicológicamente.

Exigencia estudiantil elevada
En la universidad Experimental de Táchira (UNET), el tema también se encuentra de lado en el contexto autoritario. La licenciada *Sandra Durán trabajadora del departamento de registro estudiantil, explica: “hemos hecho un seguimiento para detectar el alto nivel de estudiantes repitientes o con bajo rendimiento, y nos hemos dado cuenta que muchos casos son producto del consumo de drogas, sabemos que la universidad exige mucho, la familia no llena vacíos en los jóvenes, entre otras cosas y lamentablemente vemos cómo el estudiante se autodestruye, frustrando etapas importantes de su vida” (*La ingeniero no permitió tomar la fotografía de su persona, alegando cuestiones de seguridad)

Otra casa de estudio es víctima de esta lamentable situación, donde se ven reflejados los problemas intrafamiliares que obligan al joven a refugiarse en las drogas. El nivel de exigencia académico también es una manera de presión al estudiante, que se esmera por dar lo mejor y obtiene un bajo rendimiento, muchas veces porque a los docentes no les parece suficiente lo que el alumno está dando.

Consumir algo menos nocivo
José Luis Bociga, licenciado y docente de La Universidad Nacional Experimental de La Fuerza Armada Nacional (UNEFA), acota el desconocimiento de la distribución y consumo de estas sustancias dentro de la universidad “en cuanto a psicotrópicos, no se maneja una información concreta, puesto que no se ha detectado ningún caso de la misma, pero los estudiantes hoy día han agregado diversas drogas a su organismo, como cigarrillo y alcohol que igualmente no permiten que estudiante rinda académicamente, deba retirarse de esta universidad y perder tiempo para ser profesional” (foto: archivo MEDECO)

En esta universidad son sustituidos los psicotrópicos por sustancias menos nocivas, pero igual de dañinas para el organismo, puesto que el cigarrillo o el alcohol producen sensaciones de relajación, y la necesidad de su consumo resta tiempo que puede se dedicado al estudio, estas mantienen al ser humano hasta cierto punto consiente, pero a la larga su uso constante y descontrolado podría terminar produciendo cáncer de pulmón o cirrosis hepática, frustrando definitivamente el futuro profesional del alumno.

La policía sin voz ni voto
Los estudiantes que consumen drogas, mayormente las consiguen con facilidad dentro de su misma universidad, puesto que se ha convertido en un negocio la destrucción de vidas con la venta de estos estupefacientes. Son pequeñas redes de distribución que clandestinamente se esparcen por la institución educativa. Esto ocurre porque muchos estudiantes temen a la denuncia de la venta o están tan involucrados, que no dejan que se penalice, puesto que perderán la facilidad de su adquisición.

En la sede de La Policía Técnica Judicial (PTJ), se encuentra La Unidad contra el Tráfico de Drogas, que se encarga de la detención de estas sustancias a nivel regional. *El agente Reyes Carrero, encargado de esta unidad comenta su intervención con base a este tema: “Por parte de las autoridades de diversas universidades de nuestro estado, no hemos recibido ningún tipo de demanda en cuanto a tenencia o consumo de drogas, nosotros sabemos que de repente esto se esta dando, pero si no tenemos una fuente de información, no podemos actuar”. (*El agente no permitió tomar la fotografía de su persona, alegando cuestiones de seguridad)

Es muy lamentable que las autoridades policiales no puedan hacer nada frente a esta situación, que debería ser penalizada severamente, ya que se está poniendo en riesgo la vida de muchos seres humanos que por curiosidad o conscientemente, consumen estas sustancias que destruyen sus vidas poco a poco. La penalización seria una opción para disminuir la venta que conlleva al consumo de drogas, esto podría convertirse en una especie de “solución” para evitar entre otras cosas el bajo rendimiento académico por su consumo en los estudiantes.

El uso de estupefacientes dentro de las universidades, se ha convertido en la salida más fácil para la solución de problemas tanto familiares como estudiantiles, no importando las consecuencias a las que como estudiantes su someten en el ámbito de bajo rendimiento académico sino también personal y de salud, con tal de obtener relajación momentánea con el consumo de sustancias psicotrópicas.

Es necesaria la toma de conciencia por parte de los educandos, para evitar caer en la autodestrucción con estas sustancias. Así mismo, se debe tener en cuenta que no todos los que consumen tienen la misma capacidad de autocontrol, y de allí parte el problema de adicción en los jóvenes aunado al fracaso estudiantil y profesional que acarrea el consumo de psicotrópicos, paralizando su progreso en su vida laboral, social y personal.

No debió conocerla nunca…
Caminaba por los pasillos de su universidad, sin rumbo fijo muy desesperado cuando vio que alguien le llamó, para preguntarle cómo se sentía porque le veía bastante trastornado, y fue en ese momento que la conoció... sus ojos se abrieron al verla, y temblaba muy asombrado porque le parecía haber oído de ella en alguna oportunidad, las palabras de quien se la presentó eran muy alentadoras y prometedoras para aplacar su necesidad de alivio.
Al escuchar su nombre no podía creerlo… era cocaína, pero ya era demasiado tarde para rechazar la oferta, en fracciones de segundo había caminado hasta las afueras del pasillo, para esconderse de la gente que estaba allí, y decidió ingerirla… el éxtasis era tal, que no podía ni abrir sus ojos, hablar o incluso respirar, luego de un momento regresó en sí y las preocupaciones habían desaparecido.
Ese mismo día en horas de la tarde regreso a mismo lugar para encontrarse con quien le había ofrecido tanto placer en tan poco tiempo. Así trascurrieron semanas sin estudiar, no entrar a clases, hasta que luego de varios meses de haber perdido su año académico, le encontraron tendido en el suelo, desaliñado, en harapos, muy pálido y sin signos vitales… ella lo había matado de una sobre dosis que aplicó a su cuerpo en medio de su adicción. Con sólo 23 años de edad, no tuvo la valentía rechazar a quien no debió conocer nunca… las drogas.

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